Desde las heladas de Brasil en 2021, los precios del café se han mantenido aumentando, y esta pendiente creciente se ha hecho más pronunciada aún, desde finales de septiembre del 2023.
El contrato de futuros de Arábica alcanzó en febrero de 2025, niveles nunca antes vistos. Aunque compradores y vendedores esperaban que los precios se estabilizaran, los aumentos recientes no muestran signos de que se vaya a producir una caída significativa.
Para cafeterías y tostadores, este nuevo entorno económico está moldeando no solo la oferta, sino el modo de comprar y consumir café.
Una sucesión de hechos desafortunados
La helada brasileña de 2021 impactó severamente la producción de Arábica y dejó al mercado desabastecido en un momento de máxima demanda.
Para empeorar las cosas, las interrupciones relacionadas con el clima continuaron acumulándose. Nuevos períodos de sequía en Brasil, las peores en más de 7 décadas, en Vietnam, los rendimientos de Robusta disminuyeron debido al calor y la sequía, y el precio del Robusta casi se duplicó desde principios de 2023. Las condiciones impredecibles también aumentaron en otras regiones productoras como Colombia y Etiopía.
La escasez de suministros en estos países, especialmente Brasil y Vietnam (los dos principales productores), hizo subir los precios a nivel mundial, del café. Para complicar un poco más la situación, los problemas logísticos debido a la crisis de la cadena de suministro global, durante y después de la pandemia, añadieron aún más tensión.
Las consecuencias.
Esta coyuntura generó una presión sostenida sobre los comerciantes, las cafeterías y los tostadores. En el caso de los negocios de café de especialidad, que ya operan con márgenes ajustados, hoy se encuentran luchando por absorber los costos sin transferirlos a los consumidores.
Los altos costos están forzando a pequeñas tiendas a considerar reducir su oferta u optar por mezclas comerciales para abastecer su demanda.
Adaptarse a la compra de café de alto costo
Los cambios en los costos del café han influido en cómo los tostadores de café abordan la compra.
Históricamente, los tostadores de especialidad buscaban lotes premium, a menudo por encima de 84 puntos, para capturar sabores excepcionales que justificaran precios más altos. Con el café de alta calidad a un precio particularmente elevado, muchos están reconsiderando sus hábitos de compra.
En lugar de centrarse en lotes más sofisticados y de mayor puntuación, están recurriendo a cafés más asequibles, pero aún de calidad, en el rango de puntuación de 80-83. Estos cafés permiten mantener la calidad mientras gestionan los costos, un delicado equilibrio en un entorno sensible al precio.
Este cambio ha tenido un impacto generalizado en el sector del café de especialidad. Los productores, tradicionalmente incentivados para perseguir puntuaciones más altas con sus lotes, ahora ven una demanda reducida para los grados ultra premium. En consecuencia, muchos han estado reduciendo gradualmente las prácticas de alta inversión destinadas a lograr mejores puntuaciones. En su lugar, se están centrando en cafés de especialidad “suficientemente buenos” que cumplen con los estándares de calidad, pero a un menor costo de producción.
Los exportadores se ven presionados a gestionar un mayor volumen de microlotes, lo que suele resultar poco realista, o a comprar a precios de mercado ya que muchos tostadores no pueden pagar un premium. En Colombia, hay un cambio notable hacia estaciones de procesamiento donde los intermediarios pueden comprar cerezas a tarifas competitivas, procesarlas para aumentar la calidad y acceder a mejores mercados.
Conclusiones
Si a todo lo expuesto con anterioridad, agregamos la escasez de mano de obra en las regiones productoras, el aumento de los costos de fertilizantes y transporte, y el contexto inflacionario mundial, donde el costo de vida se eleva año tras año para todos, incluyendo a los productores de café, esto hace nos hace pensar que la baja de precios no está en el horizonte, por lo menos en el corto y mediano plazo.
Deberemos adaptarnos a esta nueva realidad, con diferentes estrategias que nos permitan seguir disfrutando de esta bebida que nos apasiona.
Pienso que con el tiempo, el mercado hablará y fijará un nuevo precio de equilibrio para el café, con el que tanto productores, como consumidores estén de acuerdo.
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